¿Qué es?
Un sensor O2 en un vehículo es un dispositivo que mide la cantidad de oxígeno presente en los gases de escape del motor. Estos sensores son críticos para el control del sistema de combustible y la emisión de gases de un vehículo. La información recogida por el sensor O2 se utiliza para regular la mezcla de combustible y aire que entra en el motor, garantizando que el motor funcione de manera eficiente y cumpla con las regulaciones de emisiones.
¿Cómo funciona?
El funcionamiento del sensor O2 en un vehículo es muy sencillo. El sensor está situado en el tubo de escape y está conectado al sistema de control de motor del vehículo. Cuando el motor está en funcionamiento, el sensor mide la cantidad de oxígeno en los gases de escape y envía una señal eléctrica al sistema de control de motor.
A continuación, el sistema de control de motor ajusta la cantidad de combustible y aire que entra en el motor para asegurar una mezcla óptima.
Finalmente, el sensor O2 continuamente monitorea la cantidad de oxígeno en los gases de escape para asegurarse de que la mezcla óptima se mantenga.
¿Para qué sirve?
El sensor de oxígeno es un dispositivo electrónico instalado en su automóvil que mide la cantidad y concentración de oxígeno en gas o líquido. También se conoce como el sensor lambda o sensor O2. La avanzada tecnología del automóvil es capaz de fabricar los sensores de oxígeno más eficientes.
El sensor de oxígeno es un componente esencial de todos los vehículos que se fabricaron después de la década de 1980. La función principal del sensor de oxígeno es recopilar datos sobre la cantidad de oxígeno disponible para la combustión y enviarlo al sistema de gestión del motor.
El sensor de oxígeno tiene un papel importante para asegurar un rendimiento óptimo del motor y un eficiente consumo de combustible. Este sensor también puede proporcionar datos sobre las emisiones que se están produciendo y envía e indica cuando las emisiones del motor son superiores a los límites estándar con la ayuda del CEL y la luz del sensor de oxígeno.
Ubicación
El Sensor de Oxígeno (O2) se encuentra en el sistema de escape de los vehículos a motor. Está situado después del catalizador y antes de la silenciosa, y su función es medir la cantidad de oxígeno presente en los gases de escape. Este dato es fundamental para el buen funcionamiento del sistema de control de emisiones.
¿Qué pasa si no sirve?
Si el sensor de oxígeno no funciona correctamente, puede provocar una serie de problemas en el rendimiento del motor y en el sistema de control de emisiones. Por ejemplo, el motor puede consumir más combustible, emitir una cantidad excesiva de gases contaminantes y tener una potencia reducida. Además, una falla en el sensor puede provocar que el sistema de inyección no funcione correctamente, lo que puede llevar a un consumo de combustible ineficiente y una emisión excesiva de gases contaminantes.
Por lo tanto, es importante mantener el sensor de oxígeno en buen estado para garantizar un buen rendimiento del motor y cumplir con las normativas ambientales. Si el sensor falla, es necesario reemplazarlo lo antes posible para evitar problemas adicionales en el motor y el sistema de control de emisiones. En general, se recomienda reemplazar el sensor de oxígeno cada 100.000 kilómetros o después de 10 años de uso, aunque esto puede variar dependiendo del fabricante y del modelo del vehículo.
Fallas
Lo que sucede con los sensores de oxigeno es que con el tiempo tienden a ensuciarse con depósitos de carbono y hollín. También con el tiempo se erosiona y desgasta como el electrodo de una bujía. También pueden ensuciarse si la silicona de la grasa o los lubricantes llega a la corriente de escape, o si el aceite o el refrigerante llega a las cámaras de combustión. Si el sensor de oxígeno está demasiado gastado, se retrasará en el tiempo de respuesta o simplemente dejará de funcionar por completo.
Problemas ocasionados por un sensor defectuoso
- Mala economía de combustible.
- Pérdida de potencia.
- Humo negro del tubo de escape.
- Fallo en la prueba de emisiones.
- Ralentización brusca.
- Dudas o estancamiento.
Un mal sensor hará que se utilice más combustible y que el kilometraje sea malo. Si llena el depósito de gasolina con frecuencia, la causa puede ser un sensor de oxígeno defectuoso.
Diagnosticar
Arranque el motor y compruebe las señales de voltaje del sensor en su voltímetro. El voltaje del sensor debe tener un ciclo o fluctuación dentro del rango de 100 mV-900 mV (0,10 a 0,90V). Por lo tanto, esto significa que el sensor funciona correctamente.
Si el sensor de oxígeno sólo produce una señal de bajo o alto voltaje, es que tiene un problema de rendimiento del motor o que el sensor de oxígeno (O2) dejó de funcionar. Finalmente, para verificar el funcionamiento del sensor, realice las dos pruebas siguientes.
Pruebe la respuesta del sensor de oxígeno (O2) a una condición de combustible pobre
- Primero, desconecte la manguera de la válvula de ventilación positiva del cárter (PCV) que conduce al colector de admisión. Esto permitirá que entre más aire en el motor. Si necesita localizar la válvula (PCV); consulte el manual de servicio del vehículo.
- Compruebe la lectura del voltímetro de la señal del sensor. Un sensor de oxígeno interpreta un aumento de oxígeno como una condición de escasez de combustible; emitiendo una señal cercana a 200mV (0,20 V). Si el sensor no responde en consecuencia o tarda en responder; el sensor no funciona correctamente
Pruebe la respuesta del sensor de oxígeno (O2) a una condición de combustible rico
- A continuación, desconecte el conducto de plástico del filtro de aire de su vehículo.
- Bloquee la abertura del conducto que lleva al motor con un trapo limpio. Esto reducirá la cantidad de aire que entra al motor.
- Compruebe la lectura del voltímetro de la señal del sensor. Un sensor de oxígeno interpreta una disminución de oxígeno como una condición de combustible rico; emitiendo una señal cercana a 800mV (0,80 V). Si el sensor no responde en consecuencia o tarda en responder; el sensor no funciona correctamente.
Si el sensor de oxígeno respondió correctamente a sus pruebas; puede que tenga un problema con otro componente que afecte a la eficiencia del combustible.